Forma y naturalidad. Estética y determinación. Gracia y potencia. Mi cabello largo, retirado en una elegante cola de caballo, roza los hombros de la fresca tela de mi kimono. Desde el tatami oigo los gritos de los atletas, mientras liberan toda su fuerza en un movimiento. La voz de los maestros y los jueces, los números de la puntuación asignada al ejercicio. Los vítores de los amigos, los familiares y seguidores que animan a los campeones a conseguir la victoria. Pronto estaré en su lugar, demostrando mis habilidades y mi capacidad expresiva en la kata, una secuencia que cuenta la historia de un combate con oponentes imaginarios, que requiere la máxima precisión en la ejecución, la máxima armonía y la máxima energía. He conseguido muchas victorias, es verdad, y ganado medallas y trofeos que han dado sentido a los años, ahora 17, de sacrificio, desde que era pequeña, en algunos de los gimnasios más importantes de Italia y del mundo. Pero ahora, con la conciencia que confiere ser una mujer adulta, puedo otorgar un mayor valor a esas satisfacciones después de haber aceptado mi individualidad, mis rasgos distintivos, mi convicción de quién soy realmente en un ataque o en una parada. Los viajes que he afrontado, los periodos lejos del hogar para los entrenamientos y las competiciones me han hecho crecer y ya no puedo vivir sin ellos. Me preparo. Aunque practico un deporte considerado para hombres, porque es un arte marcial, no quiero renunciar a mi feminidad, de hecho, no debo. El maquillaje es parte de mi uniforme, como el cinturón negro, un poco desgastado ahora en la parte del nudo. El lápiz de ojos y la máscara negros, de guerrera oriental, inspirados en las mujeres japonesas que son tan elegantes en su sencillez, pero que acumulan tanto misterio, como guardianas de secretos que nadie más sabrá.
Una pasada de barra de labios líquida en los labios, fluida como mis movimientos, en rosa suave para un efecto neutro. Esta noche llevaré rojo, tanto si festejo la victoria como si no. Hay algunos matices, pero no los revelaré demasiado. Mientras aplico el color, mi mente se recoge en este ritual sencillo del que no podría prescindir; es parte de mi entrenamiento. Vuelvo a concentrarme frente al espejo del vestuario. Repaso mis errores, lo que tengo que mejorar. Me toca. Sonrío a mi imagen en el espejo y me marcho a afrontar mi siguiente reto.
Quinta cita con el formato WYCONIC, el recipiente de WYCON cosmetics dedicado a las historias modernas, a las heroínas de todos los días cuyas experiencias pueden inspirar o enseñar mucho a todos los que quieran escuchar. El nuevo rostro es Vanessa Villa, una atleta, viajera, modelo y campeona de karate con la que la marca ha creado una capsule collection dedicada a las mujeres enérgicas, vitales, osadas y positivas que no se rinden nunca. El símbolo de la colección es un lazo negro, una versión «más femenina» del nudo del cinturón que indica el gran nivel alcanzado por los que practican esta disciplina oriental. Black Belt es el nombre de la máscara voluminizadora y duradera, mientras que Empower Lip Kit es la combinación de barra de labios líquida y lápiz de labios disponible en tonos rosados y rojos brillantes. Todas las fórmulas tienen una gran duración y texturas resistentes y muy eficientes, como el lápiz de ojos negro para un aspecto ahumado o trazos decisivos, y por supuesto, resistentes al agua.